El amor que asfixia y la sobreprotección


Soy padre de un joven de 16 años. Su madre murió cuando él nació. Sus abuelos maternos se hicieron cargo. Ahora el joven adolescente es muy arrogante e inseguro, con una conducta muy desagradable. Se irrita con facilidad y es muy agresivo. No obedece ningún tipo de reglas en el hogar. Eso a mí me preocupa.


RESPUESTA
Estimado padre, por lo que me expone, todo parece indicar que su hijo fue sobreprotegido por los abuelos maternos. Pudo haber sido por el duelo de la muerte de su hija. Es que cuando esto sucede se le suele transmitir temor y un desapego afectivo durante la crianza. Entonces el daño es grave y deja consecuencias.
La sobreprotección es un amor que asfixia, impide al niño la posibilidad de desarrollarse, de crecer, de descubrir sus habilidades y llegar a ser autónomo. Por ejemplo, cuando lo llevan a comprarle una camisa deben dejar que él elija el color que le gusta. Regularmente ella termina decidiendo aún en contra de lo que éste quiere. Otro caso es cuando se pelea con los amiguitos, hay que dejarlo que resuelva sus conflictos solo. Hay que dejarlos que jueguen, que se ensucien, para que aprendan a crecer a salir de sus situaciones por difícil que sean para ellos.
Los padres o tutores sobreprotectores no los dejan desarrollar las conductas de autonomía como bañarse, comer solos, dormir en su habitación... Todo se lo hacen. Estos padres sienten una necesidad intensa de controlar al hijo, muchas veces porque sus progenitores o tutores tuvieron conflictos sin resolver durante su infancia y no quieren que sus hijos vivan lo que ellos vivieron. Entonces equivocadamente, les transmiten todos esos miedos e inseguridades. La sobreprotección es muy dañina, prepara para un perfil de personalidad de depresiones, de ansiedades y de obsesiones y hasta de problemas en su identidad sexual. Cuando esto sucede un sicólogo le puede ayudar. 

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